Los actuales sistemas de control de planta permiten a Ingenieros, Operadores, Técnicos e Instrumentistas, entre otras cosas, crear alarmas y eventos de forma sencilla, lo cual es, evidentemente, una ventaja.
Aunque, como se ha visto a posteriori, puede convertirse en un inconveniente si se abusa de ello y/o no se configuran de forma adecuada, llegando al punto de poder afectar a la operación de la planta por un exceso de flujo de alarmas o una mala gestión de las mismas.
Beneficios tangibles gestión alarmas
Inicialmente, en las antiguas Salas de Control con paneles anunciadores de alarmas, el espacio físico del panel limitaba ya de por si el número de alarmas que se podían implementar, por lo que estas se elegían bien.
Pero cuando los fabricantes empezaron a proporcionar funcionalidades superiores, las plantas las implementaban todas. Es decir, se solían habilitar todas las alarmas disponibles por defecto.
Todavía hoy en día y en condiciones de operación estables, muchos sistemas generan más alarmas de las que el Operador puede atender, incrementándose aún más su número y velocidad de aparición en situaciones de inestabilidad. Esto no solo inutiliza el Sistema de Alarmas, sino que además lo convierte en un estorbo activo que merma la habilidad del Operador para resolver la situación.
Si la gestión de alarmas no se realiza correctamente, podría desembocar en una excesiva afluencia de éstas a la Sala de Control, bloqueando la atención del Operador y dificultando su capacidad para el análisis de sucesos en tiempo real, lo que supone una pérdida de detalles sobre la situación general de la planta.
Implementación de sistema de gestión de alarmas
Implementar correctamente un sistema de gestión de alarmas en una planta industrial puede proporcionar varios beneficios, entre los que podemos citar:
- Seguridad mejorada: Un sistema de alarmas bien diseñado puede ayudar a detectar y responder rápidamente a situaciones de emergencia, como fugas de gas o incendios, lo que puede salvar vidas y reducir los daños a la propiedad.
- Mayor eficiencia operativa: Un sistema de alarmas puede ayudar a identificar y corregir problemas en la planta antes de que se conviertan en fallos mayores, lo que puede reducir los costos de mantenimiento y mejorar la eficiencia operativa.
- Mayor cumplimiento normativo: Un sistema de alarmas puede ayudar a cumplir con las normativas de seguridad y medio ambiente, lo que puede evitar multas y sanciones legales.
- Mejora en la toma de decisiones: Un sistema de alarmas puede proporcionar información valiosa a los gerentes y directivos, lo que puede ayudarles a tomar decisiones informadas sobre cómo mejorar la seguridad, la eficiencia y el rendimiento de la planta.
- Mayor productividad: Al evitar paradas no planificadas, mejorar la eficiencia operativa y detectar problemas antes de que se conviertan en fallos mayores, un sistema de alarmas puede ayudar a aumentar la productividad en la planta.
Pero, aterrizando y valorando estos beneficios
¿Cuáles son los más inmediatos?
¿En qué áreas?
¿De cuánto estamos hablando?
Disminuir los costes de mantenimiento: entre un 20-30%
Porque el sistema nos permitirá anticiparnos y corregir antes de que aparezca la avería así como programar mejor los Preventivos.
Aumentar la seguridad en planta: entre un 40-60%
Porque el sistema nos ayuda a detectar el problema mucho antes de que se traduzca en un accidente irreparable.
Mejorar la eficiencia: entre un 15-25%
Porque mejoramos en la comprensión de todos los procesos lo cual aumenta la capacidad de anticipación ante cualquier anomalía.
Disminuir los tiempos de inactividad: entre un 30-40%
Porque mejoramos el sistema de priorización lo cual nos ayuda a tomar decisiones más rápidas.
Mejorar la toma de decisiones: entre un 20-30%
Porque mejoramos nuestro sistema de gestión y análisis de información.