No nos dejemos abrumar por la cantidad de información existente.
Es verdad que tanta información puede llegar a saturar e, incluso, a colapsarnos y llevarnos a decidir que ya está bien, que no vamos a hacer nada. Pero no perdamos la esperanza.
Todo es más fácil de lo que nos venden los que quieren plantearlo difícil (por el motivo o interés que sea). La Transformación Digital debe abordarse desde un planteamiento estratégico y, una vez hecho, debemos plantear el propio desafío digital para llegar a las metas deseadas. ¿Cómo? Sencillo, con unos simples pasos.
Pasos Transformación Digital
Paso1.
Definir el punto de partida. Definir una visión digital de la empresa, el objetivo al que llegar después de la transformación. La transformación sólo es posible desde la cúpula directiva y para ello debemos aprovechar sinergias, tener una visión global y abarcar nuevas formas de relacionarse con los clientes y nuevas formas de funcionamiento junto con nuevos modelos de negocio.
Debemos plantearnos evolucionar en el tiempo, adaptarse a las circunstancias y ser capaces de aprovechar nuevas tecnologías que pueden aparecer en el camino.
Deberemos realizar un diagnóstico inicial sobre el nivel de digitalización en la empresa.
Se tratará de entender los puntos débiles y fuertes identificando los activos estratégicos y evaluando la importancia de los mismos en el mundo digital.
¿Seguirán siendo estratégicos?
Del mismo modo ha de evaluarse y revisarse el modelo de negocio.
¿Qué puede aportar lo digital en cada uno de los elementos del modelo de negocio?
Con todo eso, se definirán los grandes objetivos para la digitalización que configurarán la visión digital.
¿Dónde queremos estar y cómo nos vemos en unos años apoyándonos en lo digital?, alineando al equipo directivo y compartiendo la visión.
Paso 2.
Trazar un plan de acción: qué, cuándo, cuánto. Los objetivos y la visión definida para la digitalización han de trasladarse a un plan de acción, con proyectos que tras una adecuada priorización, lleven asociado un presupuesto de inversión y puedan escalonarse en el tiempo de acuerdo a las posibilidades y capacidades de la empresa.
Identificaremos oportunidades teniendo en cuenta que la digitalización es un proceso transformador integral y multidimensional en el sentido de que debe extenderse en todas las áreas de la empresa, por lo que es importante que el porfolio de proyectos no se centre únicamente en alguna de esas dimensiones como puede ser el producto o las operaciones, sino que progresivamente vayan generando avances en todas ellas a ser posible en paralelo.
Paso 3.
Movilizar a la organización. Es necesario trasladar claramente a la organización la voluntad de trabajar el camino digital y hacer marketing interno y externo de ello.
En ese sentido conviene explicar claramente las ventajas que las diferentes unidades de la empresa obtendrán del proceso de transformación y utilizar todos los canales posibles de comunicación abriendo posibilidades para la interacción y la recogida de sugerencias.
La definición e implantación de nuevos procedimientos y formas de trabajo constituyen un soporte formal de gran importancia a la hora de involucrar a toda la organización de una manera progresiva y natural.
Paso 4.
Ejecutar y medir. El despliegue y la implantación de los proyectos de digitalización debe orientarse a reducir ineficiencias y mitigar riesgos financieros y operativos teniendo en cuenta que debe combinarse un enfoque de largo plazo hacia la transformación digital completa con el aprovechamiento de oportunidades en el corto plazo.
Para esto conviene tratar el proceso de transformación a modo de hoja de ruta, definiendo bien el punto de partida, planteando hitos intermedios con resultados, con asignación de presupuestos y recursos para cada una de las actuaciones y con métricas que permitan medir y supervisar los resultados.