No hay que ir ya a ejemplos extremos. Tal como aparece publicado en Teknautas, son muchos los diferentes ejemplos que muestran cómo, mediante el uso de apps, sectores tan tradicionales como el de los juegos de mesa, o el de los sastres, han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías y a los diferentes usos y aplicaciones que con ellas se pueden conseguir. Con mayor motivo lo podrá hacer el sector industrial, anclado a la tradición como el que más, con la utilización de esquemas y metodologías muy tradicionales, pero con un potencial enorme en lo que al desarrollo y utilización de apps se refiere. Otros, como el sector agrícola e incluso el del arte, ya lo están haciendo. Entonces, ¿de qué depende?
Quizás la respuesta debamos buscarla en reformular mejor la pregunta. ¿De quién depende? Sistemas de control basados en metodologías muy contrastadas y con equipamientos veteranos, que aseguran fiabilidad y robustez, sin duda, pero que impiden necesarios avances en una industria carente, en muchas de las ocasiones, de dinamismo y un mayor acercamiento a las nuevas tecnologías y formas de entender los nuevos modelos de negocio. Y todos ellos desde la integración de sistemas. Somos los integradores los que debemos hacer una verdadera apuesta por la implementación real de esa tecnología que, ya existente e implementada en otras áreas con éxito contrastado, no lo está siendo en el mundo industrial. Pero debe hacerse, obligatoriamente, desde la integración de sistemas, pues es esta área la que tiene la capacidad real de conseguir el éxito en la implementación. Los usuarios pueden demandar; los fabricantes de maquinaria pueden apoyar. Pero somos los integradores de sistemas los que, de modo transversal, debemos apostar con empeño.
El desarrollo de apps en el mundo industrial es, como en otras facetas donde la tecnología está muy presente, una necesidad. Debemos ser capaces de adaptar sus ventajas a las funcionalidades y exigencias de un mundo como el industrial, con claras diferencias respecto a otros, pero con una indudable capacidad de asumir nuevos desarrollos. ¿Seremos capaces?